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Historiadores y bases de datos 2. Claudia Espejel y la Relación de Michoacán.

Portal de la Relación de Michoacán, Instrumentos de consulta. ©2008, El Colegio de Michoacán, A.C.

Portal de la Relación de Michoacán, Instrumentos de consulta. ©2008, El Colegio de Michoacán, A.C.

Relación de Michoacán: instrumentos de consulta, es un portal interactivo en Internet que permite al usuario buscar y examinar con detalle la información contenida en esa importante fuente documental manuscrita de la primera mitad del siglo XVI, atribuida al franciscano fray Jerónimo de Alcalá. El portal, que es parte del sitio de El Colegio de Michoacán, lleva en línea por lo menos ocho años, así que en esta entrada no trato de una novedad que acabe de aparecer en la web 2.0, sino que busco señalar algunas estrategias y recursos metodológicos que están detrás de su diseño como medio digital de divulgación del conocimiento histórico, y que fueron creados a la par de que Claudia Espejel desarrollaba una investigación que dio lugar a una tesis doctoral y, posteriormente, a un libro.1

Aunque es de sobra conocida por los estudiosos e interesados en el Michoacán prehispánico y colonial, merece la pena apuntar algunos detalles acerca de la fuente documental misma para, a continuación, tocar algunos aspectos de la investigación de Espejel en los que fue crucial la utilización de recursos informáticos.

relacionLa Relación de Michoacán ha sido llamada así a partir de que en la primera línea de la foja uno del original se lee: Relaçion de las çerimonjas y rrictos y poblaçion y governaçion de los yndios de la provinçia de mechuacan hecha al yllustrisimo señor don antonio de mendoça, virrey y governador desta nueva españa por su magestad, &tc. Fue mandada hacer por orden del primer virrey de Nueva España durante su visita a la provincia en 1539 y terminada a principios de la década de 1540. El fraile autor del documento debía describir las costumbres y la forma de gobierno de los indios mechuaques,2 y para ello debe haberse rodeado de un grupo de informantes, escribanos y pintores seguramente indios, para recabar y organizar y presentar la información. Del documento se conservan 143 fojas manuscritas entre las que se encuentran 44 láminas que describen en imágenes algunos de los pasajes del texto, y a lo largo de ellas se menciona una gran cantidad de lugares, personajes, dioses que muchas veces están asentados con grafías diferentes, así como una serie de categorías que hacen referencia a la organización social, política y religiosa de los indios michoacanos. Por alguna razón que aún no ha sido documentada, el manuscrito llegó a manos de la Orden de San Agustín y quedó depositado en la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, en donde se comenzó a consultar y copiar a partir de mediados del siglo XIX. Desde entonces a la fecha, la Relación de Michoacán, muchas veces editada e impresa por distintos estudiosos, ha sido utilizada como pieza clave o, incluso, piedra angular para escribir una historia sobre los indios michoacanos de finales del siglo XV y principios del XVI, a la vez que ha servido de referente documental también para la interpretación de los estudios arqueológicos en la región. Es decir, durante cerca de 160 años, la Relación de Michoacán había sido únicamente utilizada como fuente de datos con los que sostener las diversas interpretaciones sobre la cultura, costumbres e historia de los indios del antiguo Mechuacan.

justiciaYfuego1Pero, ¿cómo se hizo y estructuró la Relación de Michoacán? Claudia Espejel enfocó su investigación en la comprensión de cómo está construido el documento en sí mismo, su estructura interna y el modelo o los modelos discursivos que forman el andamiaje sobre el que se elaboró el texto. Producto de este ensayo hermenéutico es la propuesta de varias claves para la lectura de la Relación…, una de ellas muy sugerente y controvertida, ya que propone que la estructura y la forma de organizar la descripción de la cultura y el gobierno mechuaque sigue las pautas de la descripción y organización del mundo presente en un viejo documento jurídico castellano: las Siete Partidas. Dicho de otra manera, Espejel propone una lectura intertextual que permite comprender la estructura mental del autor de la Relación así como su texto. Esto, sin menoscabo de otras claves culturales propias de esa sociedad que habitó la región lacustre del occidente de Mesoamérica. De ahí, por cierto, el título del libro de Espejel: La justicia y el fuego.

Como parte del proceso de investigación, Espejel tuvo que sistematizar el conjunto de la información presente en el texto. Entre otras de sus preocupaciones (arqueóloga de primera formación, a fin de cuentas), le interesaba tener una relación de lugares capaz de echar luz sobre asentamientos de poblaciones y sitios ceremoniales; así como también poder organizar la gran cantidad de referencias y personajes que aparecen en el texto del siglo XVI. Uno de los productos de esta sistematización es el segundo volumen del libro en que dedica sus 330 páginas a la presentación de un glosario que incluye los nombres de 313 lugares, 215 personajes, 66 dioses y 300 categorías sociales. Cerca de 900 fichas en las que Espejel ofrece información sobre significados, localización geográfica, las diversas grafías o las equivalencias lingüísticas en su caso, su representación en las láminas, su ubicación en el texto de la Relación… o su referencia en otras fuentes.

Para poder organizar todos estos datos, Espejel utilizó fundamentalmente dos recursos informáticos: un sistema de bases de datos relacional y un sistema de información geográfica. Una muestra de los productos generados se pueden apreciar en el libro, pero de manera estática: el glosario de más 300 páginas y varios mapas. De ahí que haya sido una buena idea la publicación paralela del portal en línea pues no sólo sirve como instrumento digital de divulgación del conocimiento, sino como un producto en el que se muestra de manera dinámica el funcionamiento de los recursos informáticos elaborados durante la investigación ya que se pueden hacer consultas a la base de datos casi como si se estuviera utilizando la BD original en la computadora de la investigadora, o se pueden consultar los mapas de manera interactiva casi como si se estuviera frente a la interfaz del programa de aplicación del SIG. Cabe decir que esto implicó un trabajo de equipo pues Esteban Sánchez Rodríguez se encargó de asesorar y ayudar a diseñar las BD, Marco A. Hernández Andrade se encargó del SIG y Carlos A. Villalpando de Santiago se encargó del diseño del sistema en línea.

Relación de Michoacán. Instrumentos de consulta. ©2008, El Colegio de Michoacán, A.C.

Relación de Michoacán. Instrumentos de consulta. ©2008, El Colegio de Michoacán, A.C.

El sistema de BD en las que se capturó la información para su procesamiento consiste en cuatro ficheros (lugares, personajes, dioses y categorías sociales). El primer paso para armar los ficheros fue abrir un registro con cada término y llenar una serie de campos descriptivos y analíticos. Los dos campos más importantes asociados a cada registro consisten en uno con el vaciado de citas textuales de la Relación… en las que aparece el término para enseguida llenar otro campo del registro con una síntesis explicativa. A estos se le fueron agregando campos en función de la naturaleza de los registros. Paralelamente, se fue conformando otra serie de tablas interconectadas que permiten relacionar cualquier registro de los cuatro ficheros con elementos importantes para el análisis: acontecimientos que sucedieron en un lugar o en el que interviene un personaje, en el que se menciona algún dios o se hace referencia a una categoría social. También se incluyeron otras tablas vinculadas, entre las que merece mención especial la que recoge el inventario de los sitios arqueológicos hasta hoy conocidos que pueden asociarse con cada lugar mencionado en la Relación… Esta tabla contiene información detallada del sitio arqueológico como la de localización (coordenadas geográficas), lo que permite enlazar la base de datos directamente con el Sistema de Información Geográfica.

Relación de Michoacán. Instrumentos de consulta. ©2008, El Colegio de Michoacán, A.C.

Relación de Michoacán. Instrumentos de consulta. ©2008, El Colegio de Michoacán, A.C.

Finalmente, la construcción del portal electrónico se dio de manera natural, ya que fue posible gracias al potencial analítico que demostró tener el uso de dos recursos informáticos vinculados cuyo objetivo inmediato fue el de recopilar datos, organizarlos y procesarlos en el transcurso de una investigación cuya pregunta inicial fue ¿cuáles son las claves que nos permitan leer la ya tan leída Relación… del viejo fraile del siglo XVI de manera comprensiva?

Notas:


  1. Claudia Espejel Carbajal, La justicia y el fuego. Dos claves para leer la Relación de Michoacán, 2 Vols. (Zamora: El Colegio de Michoacán, 2008). Este libro es una versión corregida y aumentada de la tesis doctoral: Claudia Espejel Carbajal, “Voces, lugares y tiempos: claves para comprender la Relación de Michoacán”, dirigida por el Dr. Rafael Diego-Fernández y defendida en El Colegio de Michoacán en 2004. El libro se puede conseguir en este enlace, y la tesis puede descargarse de este enlace, pinchando el documento enlazado en el recuadro a la derecha de la ficha bibliográfica. 
  2. La larga y en apariencia inacabable discusión (por bizantina) sobre si se debe llamar tarascos o purépechas a los habitantes de la región lacustre montañosa de la antigua Provincia de Mechuacan me hace optar por llamarlos mechuaques, con todo el peligro que conlleva de recibir una andanada de pedradas discursivas. Por si el lector quiere revisar la discusión y el problema de asumir uno u otro vocablo, recomiendo mucho leer el interesante libro de mi querido amigo y admirado colega Rodrigo Martínez Baracs, Convivencia y utopía. El gobierno indio y español de la “ciudad de Mechoacan”, 1521-1580 (México: Fondo de Cultura Económica / CONACULTA / INAH, 2005), sobre todo pp. 19-84